Según la OMS, Europa lidera el mundo en consumo de alcohol, con una media de 9,8 litros de alcohol puro por persona registrados en 2018. Superando esta media, Portugal ocupa el puesto 13 en el mundo con una media de 12,3 litros. El porcentaje de abstemios (es decir, personas que no consumen alcohol en exceso) ronda el 18,6% de los hombres y el 32% de las mujeres en Portugal; porcentaje considerablemente superior a la media europea (5,6% y 13,5%, respectivamente).
Internet se considera un fruto "normal" de la sociedad moderna. Si bien el alcohol y otras sustancias estupefacientes se consideran drogas extremas por excelencia, otras se están produciendo en el ranking de adicciones sin, sin embargo, ser objeto de mayores preocupaciones. ES
Para muchos, decir que alguien está drogado equivale a considerar a esa persona por debajo de la dignidad humana, es mirarlo como un ser peligroso, manipulador, a veces, casi un animal despreciable. Sin embargo, esta es una adición que no elige condiciones sociales, edad, género o raza.
La depresión y la nostalgia a menudo se confunden entre las personas. Sin embargo, estos difieren sobre todo en términos de intensidad y consecuencias asociadas. Pero después de todo, cómo se distinguen?
Hay quienes piensan que uno solo es dependiente del alcohol o las drogas, “cosas” que pueden “acabar con la vida”, llevarlo a robar y dormir donde sea apropiado. Sin embargo, los comportamientos compulsivos pueden existir en la alimentación, las compras, el juego, entre otros, y también son la enfermedad de la adicción. Hablar solo de adicción a las drogas sería demasiado limitante.
No todos los sujetos que consumen alcohol son alcohólicos, es decir, no todos los que beben necesitan tratamiento. Sin embargo, lo que los distingue de los consumidores excesivos es que tienden a perder el control de su comportamiento bajo la influencia de esta sustancia, con frecuentes pérdidas de memoria.
A veces parece imposible que la situación cambie. Deja que la persona cambie. Que se rinda y sea humilde. Que pueda tratarnos de manera diferente. Que cambien tus hábitos. Que realmente lo haces, en lugar de solo prometer. Sin embargo, si no lo intenta, nunca lo sabrá.
En el tratamiento de la depresión, el primer paso es hacer que el paciente deje de negarla, de querer controlarla, porque esto es imposible.