Al ser un trastorno mental, la depresión es más que un estado de ánimo de profunda tristeza. Al ser un cuadro clínico integral, existen varios tipos de depresión y formas de enfrentarlas.
La depresión infantil, de la que aún se habla poco, es una realidad y aparentemente afecta tanto a niños como a niñas. En edades más cercanas a la edad adulta, hay un predominio de pacientes del sexo femenino.
Puede aparecer durante la infancia e incluso la adolescencia, la depresión debe ser afrontada con seriedad, real y atendida lo antes posible. Como en todos los casos, los síntomas pueden diferir entre los niños y por eso VillaRamadas explica un poco mejor este trastorno. Esté atento a los signos, pero nunca olvide que el diagnóstico correcto debe hacerse con un equipo especializado. Solo así podrás ayudar a los necesitados.
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La depresión en la infancia o la adolescencia es, como cualquier tipo de depresión, un trastorno mental. Al no tener una edad mínima específica para su aparición, cuando se presenta en la infancia, estetipo de enfermedad tiene un grave impacto en el crecimiento y desarrollo del niño. Es importante que se reconozca para que el tratamiento llegue en el momento adecuado.
Al igual que en el caso de los adultos, la depresión en niños o adolescentes implica mayoritariamente cambios en el estado de ánimo y problemas de autoestima. Sin embargo, cuando aparece durante la infancia, el cuadro clínico puede no limitarse a cambios de humor. Es posible que los niños no sean plenamente conscientes de sus sentimientos y emociones o que no puedan expresarlos verbalmente. Por lo tanto, es importante prestar atención a la comunicación no verbal, es decir, a tus gestos, tu postura corporal, tu expresión facial y tu mirada.
Como en muchas enfermedades infantiles, los síntomas de la depresión pueden confundirse con varios problemas y, por lo tanto, nunca debe mirar un síntoma como una certeza de diagnóstico de depresión infantil. En cualquier caso, es sumamente importante que prestes atención a los signos, pero que sea un experto para hacer el diagnóstico correcto.
En el caso de la depresión infantil, los síntomas suelen confundirse con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Pero hay algo que se puede tener en cuenta, que puede ayudar a distinguirlos: la existencia de un evento traumático (por ejemplo, separaciones, abandono, enfermedad o muerte de alguien cercano, entre otros).
A continuación enumeramos algunos de los síntomas más comunes en un caso de depresión infantil:
Sí, son síntomas algo amplios y que pueden confundirse con momentos normales para un niño, pero hay que estar atento a su frecuencia. Si nota que hay síntomas recurrentes y persistentes (durante más de 2 semanas), debe consultar a un profesional de salud mental infantil para una evaluación de su estado de salud psicológica.
Como mencionamos anteriormente, la causa del estado depresivo de un niño, niña o adolescente puede provenir de una situación traumática (o al menos percibida como tal por el niño, niña o adolescente). El mismo cambio de colegio o de casa puede desencadenar la depresión infantil.
La depresión en la infancia o la adolescencia puede surgir de un solo evento, pero también puede ser el resultado de un conjunto de varias situaciones. Algunas investigaciones han sugerido que, al igual que en los adultos, en algunos casos la genética puede tener cierta influencia en el desarrollo de la depresión infantil. Sin embargo, creemos que este factor puede tener más impacto cuando también se asocia con factores ambientales.
Así, la depresión infantil puede ser multifactorial:
El diagnóstico de la depresión infantil siempre debe ser realizado por un especialista y utilizando diversas pruebas psicológicas. Los más habituales, dada la edad y la falta de capacidad de los niños para expresarse con palabras de la misma forma que los adultos, son los dibujos. A veces es la forma en que los niños encuentran para comunicar que algo anda mal con ellos.
En términos de tratamiento, la psicoterapia individual, es decir, el uso de la Terapia Cognitivo-Conductual, puede ser una de las opciones. Aliado a la intervención de la familia y, cuando sea necesario, de la escuela u otra entidad del día a día del niño, este tipo de tratamiento permite resultados beneficiosos para el niño.
En algunos casos, considerados más graves, puede ser necesario recurrir a medicación para aliviar los síntomas.
No hay un período establecido para el tratamiento de la depresión en la infancia o la adolescencia. El seguimiento debe ser regular, pero puede variar de meses a años, según la gravedad de la depresión en cuestión. Este proceso debe contar siempre con un pediatra, un psicólogo y un psiquiatra quienes, junto a los padres y docentes, crean las condiciones para un buen desarrollo del niño.
El primer paso esreconocer la depresión cuando existe. Con el diagnóstico correcto y un equipo especializado en el tratamiento, también depende de los padres, familiares y maestros ayudar. El apoyo es esencial y usted debe:
Buscar ayuda profesional en casos de sospecha de depresión infantil o adolescente es muy importante. Cerrar los ojos ante tal situación podría tener consecuencias más graves en el futuro, lo que puede conducir a una depresión mayor, abuso de sustancias, entre otros problemas de salud mental. También es necesario considerar el suicidio en la infancia o la adolescencia, que puede resultar de la depresión. Tenemos las herramientas para ayudar a este tipo de casos (a partir de 14 años). Si necesitas ayuda habla con nosotros.