Un trastorno alimentario, o trastorno de la alimentación, puede afectar a cualquier persona, comenzando como niño/joven o incluso como adulto. Los trastornos alimentarios tienen su origen en factores psicológicos, que pueden traducirse en anorexia nerviosa, bulimia, atracones, entre otros.
Independientemente del trastorno de que se trate, es posible realizar un tratamiento que contribuya a la reanudación de una vida más equilibrada.
En VillaRamadas los tratamientos son adecuados para cada persona y su caso clínico específico. Sin embargo, es importante mencionar que en todos ellos es sumamente importante el apoyo del círculo íntimo más cercano del paciente.
Entonces, aquí hay algunos puntos sobre cómo puede ayudar a quienes sufren algún tipo de trastorno alimentario. Estos pasos no son un tratamiento, sino un complemento al trabajo desarrollado por un equipo multidisciplinario.
Lista de Conteúdos
Es importante que cuando hables con tu amigo/ser querido sepas de lo que estás hablando. Por lo tanto, debe tener una comprensión básica del trastorno alimentarioen cuestión.
Puedes utilizar varios artículos que tenemos en nuestro blog (aquí).
A veces puede parecer más fácil hablar cuando estás fuera del circuito, pero aquí es importante que seas claramente un pilar de apoyo. Estar presente, escuchar y hacer que la persona se sienta segura.
Pero ¡cuidado! Esto no significa que debas decir que sí a todo lo que la persona diga o haga. Por lo contrario. Debe, en base a la información que ha investigado sobre el tema, tratar de dar los mejores consejos y fomentar comportamientos beneficiosos para combatir la perturbación.
En los casos clínicos de trastornos alimentarios, son raros aquellos en los que la persona reconoce que tiene un trastorno. La persona entra en negación, pero cuando el círculo más cercano cambia repentinamente su actitud, esto no ayuda a cambiar sus hábitos.
Por eso es importante mantener cierta normalidad en los hábitos diarios y en la relación con esa persona. Los planes que existían anteriormente deben mantenerse de la misma manera, brindando momentos de convivencia y relaciones sociales que pueden ayudar a la persona a salir de situaciones de autoaislamiento.
Ayudar a alguien con un trastorno alimentario no es fácil, pero tampoco debe verse como una misión imposible. Ten en cuenta que habrá momentos de frustración y que no podrán hacer temblar la paciencia, la empatía y la confianza necesarias en la relación.
Por mucha confianza que haya, aconsejamos que haya cierta moderación en el tipo de conversaciones de reprimenda ante comportamientos negativos. Cuando se equivocan, darán lugar a casos de accidentes, que no ayudarán a ninguna de las partes. También pueden potenciar nuevas crisis de ansiedad y exacerbación del trastorno.
Escuche, deje que la persona comparta, opine y esté presente. Si la persona ya está siendo seguida por profesionales de la salud, déjelos hacer las reprimendas. Si no hay un tratamiento en curso, trate de fomentar la búsqueda de ayuda profesional para la salud mental.
En casos de familiares cercanos, no tenga miedo de involucrarse en el tratamiento. En el caso de pacientes más jóvenes, es importante que la familia esté en el proceso, en cuerpo y alma. Es necesario fomentar la comunicación y, en algunos casos, se puede recomendar la terapia familiar.
Si conoces a alguien que sufre de un trastorno alimentario, ¡ayúdalo! Contáctenos para obtener más información sobre nuestros programas de tratamiento para los trastornos alimentarios.