En una era altamente tecnológica, los celulares se han convertido en verdaderas herramientas cotidianas para muchas personas. Con mayor énfasis en adolescentes y adultos jóvenes, el celular sirve tanto para el trabajo como para el ocio, y en ocasiones como forma de evasión de la realidad. Si no hay cuidados, puede convertirse rápidamente en objeto de dependencia y derivar en problemas de salud.
Considerado por algunos como una epidemia del siglo XXI, el uso continuado de dispositivos electrónicos es una realidad. En relación con los celulares, la gravedad del problema en cuanto a su uso radica no solo en las consecuencias físicas sino también en las psicológicas. La dependencia del uso del teléfono celular se deriva de varios factores y los efectos negativos ya comienzan a ser ampliamente reconocidos.
En este artículo, VillaRamadas explora cómo puede surgir esta dependencia, cuáles son las principales consecuencias y si hay alguna forma de evitarla.
Lista de Conteúdos
Aunque el uso excesivo de teléfonos inteligentes aún no se reconoce como un trastorno mental en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría o en la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (ICD-10), muchos aspectos de este comportamiento son similares a otras adicciones conductuales. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) reconoció el trastorno del juego como la única adición conductual. Otras adicciones conductuales, como la adicción a las compras, los juegos de Internet, la adicción al sexo, entre otras, se incluyeron en los trastornos de impulso.
Todavía no hay consenso sobre la definición de adicción a los teléfonos inteligentes o adicción a los teléfonos inteligentes, por lo que el uso problemático de los teléfonos inteligentes es el término más utilizado.
En este artículo, cuando nos referimos a la adicción a los teléfonos inteligentes, la adicción a los teléfonos inteligentes o la adicción a los celulars, nos referimos a este uso problemático de los teléfonos inteligentes.
Una dependencia ocurre siempre que hay un uso excesivo de algo. Aquí en este caso nos referimos al uso excesivo del celular. La necesidad constante de tener el equipo a mano, revisar notificaciones, redes sociales, mensajes, etc., son algunos de los síntomas que se presentan.
Los síntomas comienzan a empeorar cuando el cuerpo se manifiesta de manera negativa ante la ausencia de un celular. En muchos casos, la dependencia del uso del celular es notoria cuando el simple hecho de perder la red o la batería genera situaciones de ansiedad y/o estrés constante.
En algunos casos el sentimiento de dependencia llega casi al nivel de una fobia, por la simple razón de estar alejado del objeto. Este miedo a estar lejos del celular y sin conectividad se conoce actualmente con el término nomofobia.
El uso exagerado de los dispositivos móviles también puede dar lugar a mentiras sobre el tiempo de uso, la pérdida del sentido del tiempo y la preferencia por utilizar el objeto en eventos sociales frente a las conversaciones, por ejemplo.
Sabiendo que la ausencia de un celular puede generar crisis de ansiedad o estrés exacerbado, es fácil reconocer que puede haber consecuencias físicas. Aunque suene poco probable, ten en cuenta que la dependencia del uso del celular, en casos de impedimento de uso, puede ocasionar:
El uso cotidiano de los teléfonos móviles hoy en día presupone un acceso prácticamente ilimitado a internet, y es ahí donde residen la mayor parte de los problemas psicológicos que genera el uso problemático de los smartphones. Con las redes sociales en gran notoriedad, el celular es un medio de información y de estar al día dentro de un círculo de amigos, pero también es propenso a crear situaciones incómodas y desencadenar otros desórdenes.
El uso constante del teléfono celular, y en particular la revisión constante de las redes sociales, puede causar:
No hay una respuesta correcta a esta pregunta, ya que cada persona puede desarrollar hábitos de por vida que conducen a la dependencia. Sin embargo, puede seguir algunas pautas para mitigar posibles comportamientos de adición:
Estos comportamientos hay que tenerlos especialmente en cuenta a la hora de educar a los más pequeños sobre su uso, evitando así futuros problemas.
El uso problemático del móvil puede surgir a cualquier edad, pero hoy en día es en la adolescencia cuando un amplio grupo de edad desarrolla este tipo de dependencia. Por ello es importante educar a los niños y jóvenes sobre los aspectos negativos, mostrando que el uso no está prohibido, sino que debe ser moderado y ajustado a un uso saludable.
Si tienes a alguien en tu círculo más cercano que depende demasiado de su celular, intenta ayudarlo. Si es necesario, hable con nosotros. Junto a nuestro equipo profesional especializado, podemos encontrar soluciones para evitar el agravamiento del uso problemático del celular y la entrada en un círculo vicioso de inseguridad y reclusión.