El proceso de duelo refleja una relación emocional con cualquier pérdida, que puede tener su origen en una muerte, un divorcio, una pérdida de empleo, un diagnóstico de esterilidad, jubilación, un cambio de casa, la salida de un hijo de la casa, una enfermedad paralizante ... básicamente, en todo aquello que represente el final de alguna parte de nuestra vida, tal y como la conocemos hasta entonces.